viernes, abril 04, 2008

De viernes a domingo

Rafael Rubio
Luz Rabiosa
Los Ángeles: Camino del ciego, 2007.

Llegué a este libro a través de M. I. Zaldívar, quien me pidió que escribiera una reseña para Taller de Letras. Estuve encantada de aceptar, pero ¡me ha costado tanto escribir!

Es más, en Mis Documentos, salvo un par de artículos recopilados para contextualizar, no hay nada.

¡Es que me sale TAN difícil este lenguaje académico, pretendidamente neutro, que se usa en las revistas y publicaciones! Por lo general soy en todo bastante formal, PERO me agrada la idea de impregnar de una voz propia lo que digo. Mejor dicho: hablar desde el disfraz intelectual se me hace intolerablemente incómodo. Pero siento que le quito el piso a la voz a penas surge.

En fin. Vamos al libro.

La lectura ha sido realmente un acierto. Me ha acompañado en asuntos relacionados, fuertes y ha iluminando los sentimientos propios a la "luz rabiosa" de sus páginas. En primer lugar, hay que decir que reencontrarse con las letras, con la poesía misma, es un placer. Ese lugar de silencio, de significados concentrados, me vuelve a recordar el tiempo que pasé en Letras y las razones que me llevaron a pasarlo allí. ¡Un placer!

En segundo lugar, esta fue mi lectura de Semana Santa. El viernes leí las elegías, el sábado, el huérfano cenatorio, el domingo el levantamiento.
Me gustó la métrica regular, el uso de esas formas clásicas que aparecen hoy como artefactos creativos, llenos de trabajo e ingenio. Me gustó mucho el tema: la muerte, el padre, el nacimiento y el fin. Descubrí en el cenatorio el sentido del humor que es necesario conservar para no llorar. Si bien con sorpresa, agradecí luego la frescura de la voz en "El arte de la elegía" y "Arte poética", intermedios que desnudan al hablante de la pompa fúnebre y permiten una mirada antipoética. No me gustó el uso de cierto vocabulario arcaico, ni tan alejado como para ser exótico, ni tan cercano como para ser cotidiano. La repetición, más que destacar cierta figura fónica, revelaba una falta de variedad o profundidad. A lo mejor es un tropiezo lector de mi parte.

Y he aquí que el domingo me encontré con el epílogo, que me dejó con el ánimo confundido y alegre:

EL VALLE ESTABA ARRIBA.
EL CIELO ESTABA ABAJO.

Levitar era bajar del valle al cielo,
Padre puro:
Adentro de lo oscuro hay una luz rabiosa.

Afuera están gritando que no hay Dios.

5 comentarios:

cristián fuica dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
cristián fuica dijo...

Hola. Me parece excelente que el libro comience a ser difundido mediante comentarios, crítica y el juicio siempre oportuno del buen lector. Se agradece mucho. Sólo un alcance; por un pequeño error de información del diario El Mercurio, el libro se ha dado a conocer como editado en Santiago, en consecuencia que la ciudad de publicación e impresión es la ciudad de Los Ángeles, octava región.
Atte.
Cristián Fuica
Editor, Luz Rabiosa

cristián fuica dijo...

Te llegó la dirección de Rubio?

cristián fuica dijo...

Hola. Utilize no mas la imagen, nombrando la fuente. Y, anotaste el correo de Rubio?

Francisca Camila dijo...

MIC, haz un Blog que NO sea de opiniones de libros, sino de propuestas literarias tuyas. =D

pd: haz uno pelolais, girly, o por último una tribu urbana másh alternativa jajja.

pd2: tengo complejo de estar en tu electivo, lo acepto.