lunes, febrero 28, 2005

...tanto la quería,
que, tardé, en aprender
a olvidarla, diecinueve días
y quinientas noches.

Que estúpido es mirar fotos para echarle sal a las heridas, no? Acabo de recorrer mi archivo digital y no es divertido. No se pasan tan rápido las cosas; a pesar de la claridad mental, el registro en las fibras del corazón (y del cuerpo!) es más fuerte que todas las buenas razones.

domingo, febrero 27, 2005

Pip y Estella

Dickens, Charles. Grandes esperanzas. Trad. Jonio González.
Barcelona: Plaza & Janés, 1998.

Esto de usar los libros como pretexto para escribir cualquier cosa facilita el registro de la vida que siempre me ha obsesionado. De alguna forma, escribir es una forma de atrapar el tiempo que se va como el agua entre los dedos. O al menos la ilusión de eso.

Comencé a leer este libro porque lo encontré en la repisa de una amiga el mismo día en que por décima vez pescaba en el cable el final de la película. Es de esas que siempre alcanzo a agarrar cuando los sucesos ya van hacia el final de la trama. No sé por qué, siempre me tocaba la escena del viejo presidiario revelando la verdad al pobre Pip. Luego su muerte en el metro. Y me perdía el inicio!

En verdad, es un libro que he disfrutado. Más que nada, porque su lectura me ha permitido re-conocer una realidad por la que pasé tangencialmente, pero que me marcó en lo profundo. En segundo lugar, porque con el inicio de la vida laboral, la lectura ha tomado un cariz nuevo.

Debo reconocer que mientras estudié Letras, leí poco. Es decir, no leí más que lo que debía y algunas cosas escamoteadas en los minutos en que debiera haber estado terminando algún ensayo, con el pretexto de "tomar ideas" para seguir escribiendo. Bastante poesía leí así. Y ahora, que ya no tengo que escribir nada cuando llego a mi casa. . . he descubierto nuevamente el placer de leer sin analizar más de lo que me viene a la mente. Gracias a Dios, eso sí, mi mente adaptó el formateo letrado y ahora es batante más ágil en la captación de significado y ese tipo de peripecias.

Fue un gusto leer una novela clásica -con principio, medio y fin (al fin!)- y gozar el vocabulario, la ironía de Dickens y el final feliz que tanto se agradece en este mundo en que por llevar la contra a Holliwood todos los alternativos optan por finales suicidas.

Así con Mr. Pip y Estella.

Aparte, en un rincón de mi fantasiosa cabeza mantengo grandes esperanzas. Eso también responde a inicio de esta lectura.

jueves, febrero 24, 2005

perspectivas

Alliende, Felipe y Mabel Condemarín. La lectura: teoría, evaluación y desarrollo. Santiago: Andrés Bello, 2000 [1982].

leo la introducción y creo que las teorías que se aplican ya no son validas. y veo enla propia escritura del libro como les llevamos el amén a los teóricos de turno, considerandolos como autoridad y como no ponemos en discusión las ideas que se debaten en los textos. Claramente, seguimos adoptando las modas sin pensar... ¿Me interesaría seguir estudiando este tema, como el curso de Literacy through Literature que hice en Berkeley? Es un línea interesante. creo que vale la pena desarrollar paralelamente el tema teórico y el tema práctico...Como los autores de este libro, ciertamente.