lunes, febrero 28, 2005

...tanto la quería,
que, tardé, en aprender
a olvidarla, diecinueve días
y quinientas noches.

Que estúpido es mirar fotos para echarle sal a las heridas, no? Acabo de recorrer mi archivo digital y no es divertido. No se pasan tan rápido las cosas; a pesar de la claridad mental, el registro en las fibras del corazón (y del cuerpo!) es más fuerte que todas las buenas razones.

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